Muchas gente opina que los nuevos productos de la compañía de Elon Musk son oro puro en cuanto a las ventas; casi comparables con el iPhone o el Apple Watch.
El pasado 30 de abril, Elon Musk, CEO de Tesla, dio a conocer su línea de baterías para uso doméstico y empresarial que, según los expertos del sector, abrirán un mundo nuevo de posibilidades en cuanto a gestión energética, autoconsumo y sostenibilidad.
Eso sí, adquirir una Powerwall, el dispositivo destinado a los hogares que empezará a comercializarse en verano, supone un desembolso al que no todos pueden hacer frente. La razón es que si bien su precio de venta oscila entre los 2.300 y los 3.200 euros (en función de su potencia), si se suman todos los gastos que conlleva su instalación, la cifra total se eleva hasta los 8.000 euros.
Por su parte, las Powerpack, enfocadas en el mundo de los negocios, tampoco son asequibles. Aunque no tienen aún precio oficial ni fecha de lanzamiento, algunos auguran que no se venderán por menos de 25.000 dólares (más de 22.300 euros).
Afrontar este gasto podría haber hecho que muchos posibles compradores cejaran en su empeño de hacerse con una, pero sus ventajas parecen haber vencido y Tesla ha registrado tantos encargos que se han superado todas las expectativas. De hecho, la semana pasada la compañía confirmó que se habían reservado 38.000 unidades de Powerwall y 25.000 de Powerpack.
Superar los 1,000 millones
El temprano interés que han suscitado estos dispositivos podría reportarle a Tesla unos ingresos superiores a los 800 millones de dólares, según ha calculado Bloomberg. Es más, algunos expertos ya vaticinan que las ventas de la primera remesa de Powerwall y Powerpack podría superar los 1.000 millones de dólares en los primeros meses tras su lanzamiento. Tesla repetiría así el éxito de su coche eléctrico Model S, al que le costó más tiempo alcanzar esa cifra.
En este sentido, las baterías podrían equipararse a otros productos que, sin tratarse de ideas estrictamente novedosas, marcaron un antes y un después en sus respectivos mercados como el iPhone de Apple (que superó los 1.000 millones antes de cumplir su primer año a la venta) o Apple Watch, del que aún no se tienen cifras oficiales pero que problablemente supere esa barrera.
Las comparaciones con el iPhone no acaban ahí. La presentación de Tesla Energy recordó a las puestas de largo de la mayoría de los dispositivos de los de Cupertino, tanto por la expectación que generó como por su repercusión mediática. Además, varios meses antes la firma de Elon Musk ya anunció su incursión en el mundo de la energía, lo que generó multitud de rumores y especulaciones, parecidas a las que suelen marcar el día a día de Apple.
Capacidad para responder a la demanda
De momento, y al margen del importante logro que suponen los 1.000 millones, el mayor reto al que se enfrenta Tesla es hacer frente a esta gran demanda de baterías. De efectuarse todas las reservas que se han registrado, la compañía se quedaría sin stock hasta mediados de 2016, lo que podría retrasar la entrega de algunos dispositivos a sus clientes. Musk explicó que la producción de las baterías coparía la capacidad productivade la gigantesca fábrica que la compañía abrirá en Nevada.
En este punto, Tesla también puede asemejarse a la firma de Tim Cook que, debido a la enorme demanda del Apple Watch, está teniendo problemas para hacer llegar los relojes inteligentes a sus compradores.
Por otra parte, la compañía necesitará pronto la inyección económicaque las baterías insuflarán a sus cuentas porque está quemando rápidamente sus fondos con la producción del todo camino Model X, el Model III (una berlina más asequible que sus hermanos mayores) y los gastos que conlleva la construcción de esta nueva planta en Nevada que supondrá un desembolso de unos 5.000 millones de dólares.